A estas alturas ya es de todos conocido el caso de los arrestos del FBI contra el creador del sitio Megaupload y otros tantos empleados del mismo servicio de almacenamiento de música y películas pirata archivos electrónicos.

Hoy pude ver en las noticias las fotos de la residencia que el creador de Megaupload tiene en Nueva Zelanda. Bonita, por cierto.

Al parecer, el FBI publicó las fotografías para intentar convencernos sin mucho éxito de manera contundente sobre lo lacra que era el dueño de Megaupload. Definitivamente, nadie podría tener una casa como esa trabajando honradamente (ni artistas, ni políticos, ni grandes empresarios).

Para que el efecto sea todavía más grande, yo le sugiero al FBI que, a un costado de las fotos de la mencionada residencia, coloque también fotos de las humildes casitas de interés social de los dueños de las grandes empresas del entretenimiento (estudios cinematográficos, casas disqueras, estudios televisivos), o hasta de los magnates de la industria del software (como Bill Gates o el recientemente fallecido Steve Jobs) que, como todos sabemos, viven modestamente con el poco dinero que les deja su nada lucrativa actividad. Con eso nos quedará muy claro lo injusto que resulta que un pirata gandalla como el dueño de Megaupload les afecte en sus ganancias a todos esos empresarios que, sin afán de lucro y motivados únicamente por la difusión de la cultura y las artes, realizan con mucho esfuerzo sus actividades en la industria del entretenimiento.

Ahora que, si ya andaban en esas, hubieran aprovechado para meter al bote a los de «De’poop’sitfiles», probablemente el peor sitio de almacenamiento masivo de archivos en el mundo. Esos sí merecen la cárcel por su servicio tan malo.